Juanda-No me la deje ahí Boricua

Mamá, ¿dónde están los juguetes? Mamá, el niño Dios no los trajo...

1/25/2006

Mi turno obsesivo (convocatoria de Supercluchy)

Ahora me toca a mi, Cluchy ya publicó sus rarezas, neuras y manías. Lo mismo hicieron Vale y Manu y con las de ellas me doy cuenta por qué somos amigos (una pizca freaks, una pisca compulsivos, una pizca sensitivos, etc). Elementos particulares que en lo general son cosas de locos, literalmente. Empiezo a describir las cinco rarezas obviando aquello de catalogarlas de mayor a menor, porque cuando alguna de ellas pasa, vida jijuemadre, que el mundo se abra y se trague al artífice del insuceso.

1. Mujer embarazada levantándose: explico. No sé qué es lo que me causa ver a una mujer en embarazo con una gran barriga apoyándose sus manos en la espalda baja y levantándose lentamente, al tiempo que pone una cara de dolor y de "por qué carajos tengo que cargar con este peso". Sí, totalmente comprensible, pero, no sé, se ve tan deprimente y patética esa cara de tormento que hacen. Mujeres embarazadas hagan un esfuerzo y levántesen bonito.

2. Mamá conversando y preguntando desde la puerta mientras espero el ascensor: por qué pregunta antes de montarme al ascensor. Si me estoy montando al ascensor es porque ya me voy, y si ya me voy no tengo tiempo para responder. Y ella quiere que le responda. No, no, no. Es incomprensible lo anterior. Si minutos antes estuve sentado con ella ¿por qué no preguntó? Por eso, siempre que salgo de la casa de mis padres, me monto en el ascensor con el genio dañado.

3. Chicas que toman en la calle jugo en leche: mi teoría es clara. La leche se debe tomar en casa propia o en casa de conocidos. Por eso, un jugo en leche no es lo más suculento ni lo más seductor en la calle, menos para un hombre cuando una chica es la bebedora. Pongo el ejemplo: invitación a comer, restaurante italiano, mesero a ella: "¿qué desea comer señorita?" Ella a mesero: "unos raviolis a la carbonara". Mesero a ella: "¿de tomar? Ella: "un jugo de maracuyá en leche". ¡Eso no pega! !!raviolis, salsa carbonara, tocineta, maracuyá y leche, no pegan!!!

4. Hacer fila: odio las filas, no puedo con las filas, me sacan el bloque las filas. ¿Por qué hay que hacer filas? Sí, comprendo que es una forma de organización, necesaria en muchas ocasiones, para los bancos, para los cajeros, etc. Pero ¿por qué hay gente que hace fila en un restaurante para comer? ¿Por qué en un cajero, la gente se demora eternidades haciendo una transacción que en términos reales (porque lo he contado) no dura más de 24 segundos?

5. La frase repetitiva: resulta y acontece que alguna vez salí con una chica, de la cual no quiero acordarme su nombre, que utilizaba como respuesta a todo lo que yo le contaba la siguiente frase: "hummm, mejor dicho". El "hummm, mejor dicho", era totalmente repetitivo, recurrente, reiterativo, insoportable. Generé un bloqueo frente a esta muchachita, por más bonita que fuera. Frase repetitiva, "hummm, mejor dicho", cosa brava.

Ahora, los que siguen con sus manías.

1/18/2006

Natalie en El Tigre-su sonrisa-mi felicidad

Natalie no saludo. No era capaz de levantar su mirada. Su pequeño cuerpo solamente era defendido del canicular sol por un sombrero pescador. Pero Natalie era feliz con su vestido mirando hacia el piso, donde su sombra era la única aliada para poder abrir sus ojos atacados por el brillo. Sueca, pequeña, hermosa, sin necesidad de chaqueta térmica. Un sueño en pequeño empaque. Svenka, su tierra, digo Svenka, porque ella no sabe que su tierra es Sweden o Suecia. Su madre sí lo sabe y en inglés nos saludo. “Hi, where are you from? Oh, Colombia, nice....” no sabía qué más decir. Todos mirábamos a la tía de Natalie, quien en mal español dijo Hola y nosotros en mal sueco le vimos las piernas bronceadas. Cervezas en la cabeza, contemplar a Natalie, soñar con las piernas de la tia, Cardigans en mis oídos musicales, life is a pleasure. Natalie se durmió, mientras tanto, su abuelo, fina estirpe de Paul Newman o Robert Duvall, sentía la brisa caliente de los 40 grados del delta del Río Tigre. ¿Cuál antisolar, cuál protección para esa piel curtida por los rayos y los vientos que vienen del ártico? “Yo sí sé de sol, si lo he vivido 19 horas al día”. Lo que no sabe es de calor, pero lo enfrenta, suda, pero lo enfrenta. La clave está en su calcetín: Sport Life. Unico, inconfundible, solamente la puede tener el abuelo de Natalie, Robert Duvall y Paul Newman.

El Tigre brilló mucho más: Natalie se despertó y me sonrió. El día fue feliz. Descubrí que después de mis pensamientos tristes, mi dolor de alma y corazón, solo debía mirar al cielo. Respiré. La sonrisa de Natalie me hizo feliz...


En mal sueco le vimos las piernas bronceadas.


Su abuelo, fina estirpe de Paul Newman o Robert Duvall


La clave está en su calcetín: Sport Life.


El Tigre brilló mucho más: Natalie se despertó y me sonrió.


solo debía mirar al cielo.


La sonrisa de Natalie me hizo feliz...

1/04/2006

Ya casi llegan las anécdotas de viaje

Ya casi, en exclusiva, las aventuras en tierras bonaerenses y en Bariloche. Muchos asuntos simpáticos que conocerán. Pequeños adelantos: autógrafo con el Tigre Gareca, foto huge-a-loser con la cantante del tema de Betty la Fea en Argentina, que se llama Tita la feita... Mucho más, espérelo a partir del domingo que llego a Medellín. Otra más: no se imaginan las fotos, la dinastía Shooting all the time, conectada.

12/02/2005

Daticos curiosos que te hacen interesante

A raíz de una conversación que tuve con Valeduque, Manu, su novio y los amigos de éste, me di a la tarea de conseguir algunos datos curiosos que siempre te harán interesante en cualquier reunión social. Les aseguro que garantizan una investidura de conocimiento ante cualquier chica.

- Es imposible lamerse el codo.
-Un cocodrilo no puede sacar la lengua.
-La gente dice "salud" o "Jesús" cuando estornudas, porque durante el estornudo el corazón se detiene un milisegundo.
-Es físicamente imposible para los cerdos mirar al cielo.
-Entre los años 1937 y 1945 Heinz produjo una versión de la sopa de letras especiales para el mercado alemán, que consistía en pequeñas svástikas de pasta.
-Ni las ratas ni los caballos pueden vomitar.
-Si tratas de contener un estornudo, puedes romper un vaso sanguíneo en la cabeza o el cuello y morir.
-Si mantienes abiertos a la fuerza los ojos, saltarán fuera de su órbita.
- Usar audífonos durante sólo una hora aumenta la bacterias en el oído unas 700 veces.
- El "cuac" de un pato no produce eco y nadie sabe porqué.
- La mayoría de los pintalabios contienen escamas de pescados.
- Es posible hacer que una vaca suba escaleras, pero no que las baje.
- American Airlines ahorró U$S 40.000 en 1987 eliminando una aceitunade cada ensalada que sirvió en primera clase.
- Es imposible estornudar con los ojos abiertos.
- La cucaracha puede vivir nueve días sin su cabeza, antes de morir de... hambre. (Manu, y yo que no creía)
- El 80% de las personas que leen este texto, intentarán chuparse el codo....


- La cucaracha puede vivir nueve días sin su cabeza, antes de morir de... hambre. (Manu, y yo que no creía)

11/24/2005

Free Willy en Medellín

24 de noviembre de 2005, 10:45 am... medio surrealista, Willy flotando en el aire, la luna al fondo, solo faltó la aparición de Michael Jackson cantando en un camión por toda la Avenida Oriental al estilo U2, por New York, en el video de All Because of You.

10/28/2005

Anécdotas-primera entrega

Hoy comienzo a hacer el recuento de las mejores anécdotas de mi vida. Con ellas, entenderán un poco cómo soy yo. Primera entrega, cada una tendrá dos anécdotas.

Hermana electrocutada
Mi hermana tenía siete años, yo seis. Estábamos en El Cafeterito, un supermercado de otrora época en Medellín. Mi mamá mercaba, yo peleaba con mi hermana. Por ese entonces, ella, linda ella, tenía sus dos dientes frontales cubiertos con un revestimiento de metal, no sé que material, pero tenía lo que llamaban las abuelas los dientes de plata. Ambos veníamos de una pelea a muerte por manejar el carrito. Éramos los peores enemigos, odios desde pequeños saliendo a relucir. Llegó el momento de pagar. Todos los productos pasaron por la caja registradora y al final, en el momento en que mi madre firmaba el cheque, curiosa hermana asomó su cabeza y posó sus dientes sobre el plateado acero inoxidable de la caja registradora. Terror inmediato: ¡La cogió la luz! ¡la agarró la fuerza! Sus dientes no se separaban y ella temblaba al son del corrientazo, hasta que mi mamá se dio cuenta y la alcanzó a halar. Llanto profuso y regaño materno: ¿quién dijo que una caja registradora se mordía? La muchachita durmió todo el camino de regreso a casa. La verdad: gocé mucho.

Pinguino Bon Ice
Caminaba por la calle 10. Había llovido copiosamente. El piso mojado como si esta ciudad tuviera lluvias de Otoño. Iba ensimismado con mis pensamientos. Delante de mi, un señor, 40 años, camiseta blanca, bluyín frosted medio entubado. Caminaba rápidamente. El personaje en cuestión saltó de la acera a la calle en su afán por esquivar a una señora pobre que extendía su mano suplicando misericordia en monedas. No aplicó las lecciones de conducción, “mire bien antes de adelantar, espejos retrovisores, y si tiene dudas no lo haga”.
Debería haber dudado. Un pingüino de Bon Ice, ¿Los recuerdan? Bajaba sin frenos por la calle. Se lo llevó por delante. Yo no aguanté la risa y grité: “Lo atropelló un pingüino de Bon-Ice”. Se quebró una pierna y el pingüino perdió una rueda. Seguí mi camino pensando en lo vergonzoso que sería para ese señor que le preguntaran:

-¿ey, viejo, cómo se quebró el pie?-.
-No, pues... me atropelló un pingüino-.

¿Será que llamaron al Tránsito? ¿Le harían prueba de alcoholemia al antártico personaje?


Lo mejor que te puede pasar en la vida es ver a un pingüino atropellando a alguien...

10/04/2005

La columna del día: Víctor, sumas; Rosario, restas

Les comparto la columna mía, llamada ¿Sí o Qué?, que escribo hace cuatro años, los martes cada quince días, en el diario El Colombiano de Medellín. Apreciación sobre Sumas y Restas, en comparación con Rosario Tijeras. Lo fashion de Flora y Manolo opacó la verdad latente de Sumas y Restas. Eso da rabia. Los comentarios son bienvenidos...

¿Sí o Qué?
Víctor, sumas; Rosario, restas
Por Juan David Ramírez Correa

Nunca en la historia cinematográfica colombiana, dos películas basadas en el narcotráfico vivido por Medellín en los 80 se presentaban alternamente. Rosario Tijeras, de Emilio Maillé, y Sumas y Restas, de Víctor Gaviria, son las cintas que retratan la ciudad de traquetos, sicarios y hacedores de violencia. Sin embargo, siento, después de haber visto las dos películas, que la de Maillé resta y la de Gaviria suma.
Sé que me meto en terrenos peligrosos con esta columna. Terrenos peligrosos porque Rosario Tijeras está rodeada de fans y Sumas y Restas de críticas por aquello de la pornomiseria y la recurrencia en temas marginales con los que Gaviria retrata la ciudad.
Para muchos, Rosario, la asesina, visceral, drogadicta, terrorista y fatalmente seductora, es inferior a esa mujer con sentimientos, dolores, tristezas y amores. De ese modo, y para efectos dramáticos, Rosario sale incólume y cautiva al público. Artilugio de mercadeo perfecto en el que columnistas y comentaristas de los medios de comunicación cayeron: "Colombia está llena de rosarios tijeras. Ella es ejemplo de tenacidad en una ciudad en guerra", dijeron.
Si la película se alejara del contexto temporal y geográfico en el que se desarrolla, no sería más que una historia de amor interpretada por una actriz extremadamente bella, sensual y profesional. Sin embargo, y por más ficción que sea, el solo hecho de que la película se desarrolle en una ciudad infestada de traquetos y sicarios nos tiene que llevar a la reflexión. Todos esos hechos crearon las taras de la sociedad actual, taras combatidas por muchos que se desgañitan la cabeza tratando de corregirlas y borrarlas.
En ese sentido, la película es tan pobre como la media histórica del cine nacional. Cosa contraria sucede con Sumas y Restas. Gracias a un director testarudo y empecinado en la lectura social de esta ciudad logramos sentir el pálpito degradante de los narcos promedio.
En medio de fiestas de putas, perico en abundancia, muertos, bala y arribismo, donde el poder llega hasta el punto de ordenarles a los muertos que se levanten ("Parate, pirobo, que vos no estás muerto", le dice "el Duende" al hermano de Gerardo, tendido en el ataúd), sentimos de verdad la Medellín de los 80.
La película logra "dejarnos ver las trampas y los azares del juego sórdido de la mafia, por fin alguien nos permite ver los detalles de las hazañas terribles, el paso a paso de las opulentas tragedias en que hemos vivido desde hace más de 20 años", como lo dijo Pascual Gaviria (El Colombiano, 1 de octubre).
Gerardo, el mafioso emergente y ordinario, orgulloso de ser tan poco educado pero con plata, envuelve en el manto sórdido del dinero fácil a Santiago, quien moralmente no puede fallar ante su padre, su esposa, su hijo, pero tan inocentemente ambicioso que cae ante el primer guiño del diablo, que se divierte con él hasta la saciedad.
Así fue Medellín en los ochenta y sigue siendo en muchos aspectos. De ahí la gracia de la película, capaz de confrontar al espectador, quien con toda seguridad verá en los personajes a alguien conocido, a amigos del barrio, del colegio, de la universidad y por qué no, quizá algún familiar o a sí mismo.
Sumas y Restas es un retrato fiel de Medellín y su sociedad degradada. Es antropología contemporánea. Hay que verla para entendernos, pues, la aclamada Rosario Tijeras, no pasa de ser una versión rosa del flagelo más patente que ha vivido esta ciudad: el narcotráfico.

juanda@epm.net.co

Niñas ricas, perico ventiado...

"Plata es lo que hay, y eso que no estudié", Gerardo.